Gustavo Dalinha, Hombre de la Línea, nacido en la Frontera, resuelve la incógnita de su identidad, situándose en un país que flota entre las líneas demarcatorias de dos territorios establecidos.
Explora las fronteras no como líneas divisorias, sino como líneas de apertura, revelando los espacios ocultos que allí subyacen.
Su Cosmogonía abarca lo arcaico y lo contemporáneo, extendiendo un puente entre Oriente y Occidente.
La materialidad y texturas presentes en su Repertorio de Portales, Círculos, Fendas, Barras, Laberintos, entre otros, colocan al observador en un espacio de equilibrio y concentración rescatándolo de la mecanicidad y del automatismo cotidianos.
Explorador de las dimensiones del tiempo, Gustavo Dalinha intenta y hace de su obra un instrumento para el Desarrollo de la Conciencia.